El cáncer de mama tiene factores de riesgo que contribuyen a desarrollar este tipo de patologías. Cabe recalcar que estos agentes aumentan las probabilidades de que una persona desarrolle cáncer. Dentro del cáncer de mama hay dos tipos: el esporádico y el hereditario. El primero se presenta a partir de un daño en los genes y el otro, tiene referencia con casos de cáncer en su entorno familiar.

Apenas del 5% al 10% de cánceres de mama y ovario se consideran hereditarios. Existe un mayor riesgo de heredar cáncer de mama, si entre sus antecedentes hay varios casos de cáncer de mama y ovario, familiares con cáncer en ambas mamas o un pariente hombre con cáncer de mama. Es importante señalar que no todos los cánceres son hereditarios, otros casos se deben tener en consideración los otros factores de riesgo.

Generalmente se habla de la mamografía y el eco que son unas muy buenas herramientas para la detección de cáncer. Además, existe la mamografía digital que puede detectar mejor la enfermedad en mamas densas, la mamografía en 3D que ayuda a detectar tumores pequeños y la resonancia magnética. En Europa y Estados Unidos se trabaja con diferentes tablas donde se ubican datos como edad, antecedentes familiares, obesidad, etc.; cada uno tiene puntuación y, de acuerdo con eso, de manera individualizada, se cataloga el riesgo que tiene de contraer un cáncer de aquí en 5 años.

Para las mujeres que presentan un riesgo más alto de lo habitual de desarrollar cáncer de mama se puede utilizar medicación de prevención endocrina o quimio prevención bloquean la función hormonal para reducir el riesgo de cáncer.

El objetivo principal de la autoexploración es que la paciente conozca sus mamás para que pueda detectar cualquier cambio en ellas, pero no es un método que sirva para diagnosticar de manera temprana el cáncer de mama, hay muchos cánceres de mamá que son ocultos y muchos no presenta síntomas, sino cuando ya la enfermedad está avanzada. El autoexamen es un tema complementario a los exámenes médicos de control.

Lo recomendable es hacerse el autoexamen 10 días después del primer día de menstruación. Sin embargo, se aconseja acudir a un especialista para los controles periódicos que permitan detectar a tiempo el cáncer de mama.

La prevención debe ser de acuerdo con los riesgos de cada mujer, de sus antecedentes familiares y de su estilo de vida. Si una mujer tiene antecedentes de cáncer de mama, los exámenes preventivos deben empezar a los 30 años. A partir de los 40 años se recomiendan mamografías anuales después de haber evaluado el riesgo con su médico. Si se encuentra alguna anomalía, los exámenes se podrán repetir incluso cada seis meses. Se debe establecer un programa de controles de acuerdo con cada paciente.